Teléfonos inteligentes, entre otras bagatelas tecnológicas, ha saltado no
solo al estrellato televisivo con un anuncio dirigido por el mismísimo Álex
de la Iglesia, sino que también se ha decidido a brindar parte de su jugoso
pastel a terceros accionistas como Diana Capital, pues necesitaban ampliar
capital y, de esta manera, continuar creciendo.

Hasta entonces, todo quedaba en casa pero el repunte de los ingresos y el
crecimiento exponencial de la compañía que ha pasado de los 20 millones
facturados en 2011 a los 115 que ganó el pasado año han decantado a los
jóvenes socios que componen el germen de esta compañía a permitir el acceso
a un accionista del calado de Diana Capital.

De esta manera, BQ toma vitaminas para continuar su expansión por países
como Suecia, Alemania, Francia o Italia, donde acaba de debutar, y planea
el asalto de mercados como el Reino Unido, Bélgica u Holanda, cuyo abordaje
está previsto para antes del 2016.

Parece que todo está preparado para el despegue internacional de BQ, una
marca de tecnología madrileña que prosperó a partir del afán emprendedor de
seis jóvenes que apenas alcanzaban los 25 años en 2005 (aunque aún faltaba
por enrolarse en la aventura un nuevo miembro, Antonio Quirós, con cuya
empresa, Luarna, se fusionaron en 2009). Lo cierto es que, en la
actualidad, BQ está situando a la marca España en un mercado tan disputado
como el tecnológico, y se atreve a toserle a la todopoderosa Apple.

¿Y cuál es el ingrediente (o los ingredientes) del éxito de BQ,
A juicio de uno de los socios, el precio y la excelente atención al cliente
han sido los dos factores que han forjado los buenos datos de la compañía.

En definitiva, un nuevo miembro se ha sumado a la tripulación de esta
Armada Española de la tecnología.

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