Divide y vencerás (divide et impera). La UE parece haber hecho suya la máxima latina, puesto que esa estrategia, la de la división por trocitos, es la que piensa adoptar con el buscador por antonomasia; sí, Google. De esta manera, la Eurocámara fragmentará el poder de la empresa de Mountain View al considerar que abusa de su posición dominante.
Lo cierto es que la compañía está siendo inspeccionada desde 2010, cuando Microsoft y otros tantos competidores de Google, alertaron sobre una posible vulneración de las leyes de la competencia, puesto que, según sus acusadores, ésta privilegiaba ciertos resultados en las búsquedas.
Semejante lío cayó en las manos del excomisario del área, el socialista Joaquín Almunia, pero no logró desenredar la madeja y firmar, de esta manera, un acuerdo entre todas las empresas involucradas. Las tres tentativas cayeron en saco roto puesto que los rivales de Google estimaban que las soluciones aportadas resultaban insuficientes.
Sin embargo, la propuesta, que ya ha sido aprobada y como casi todo lo que emana de la UE, no posee carácter vinculante. Es decir, quedará reducida a una mera declaración de la Eurocámara pronunciándose acerca de un tema muy controvertido, puesto que (por supuesto) carece no solo de poder para diseccionar empresas, sino que incluso anda manca de competencias legislativas.
En cambio, sí que tiene capacidad para influir en la Comisión Europea y que ésta adapte un determinado derrotero como la escisión del motor de búsqueda de los restantes servicios comerciales de la empresa.
De este modo, la propuesta, que ha sido aprobada con 384 votos a favor, (aunque en momento alguno se ha mencionado al gigante expresamente) defiende que los resultados “no deben estar sesgados”, sino que deben ser “imparciales y transparentes”. Por lo tanto, se pretende evitar que Google relegue a los competidores a puestos menos visibles por el usuario.
En definitiva, estamos ante la primera entrega de todo un serial cuyos protagonistas serán Google y la Comisión Europea.