Cuba dijo que sí. Con más del 66 % de los votos a favor, los ciudadanos del país caribeño aprobaron el nuevo Código de Familias que prevé, entre otras cosas, uniones y adopciones para parejas del mismo sexo.
Un punto de inflexión con los colores del arcoíris en el país de la revolución castrista que el propio gobierno de La Habana apoyó con fuerza. Así lo comunicó la presidenta del Consejo Nacional Electoral de Cuba, Alina Balseiro: alrededor del 74% de los más de 7 millones de votantes acudieron a las urnas el domingo 25 de septiembre para votar en el referéndum.
El nuevo Código reemplaza al de 1975. “Desde hoy seremos un mejor país. El amor ya es ley” celebró el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, una satisfacción compartida entre las organizaciones activas en el frente de derechos humanos.
Denuncian irregularidades durante la vocación del referéndum del Código de Familia
Sin embargo, y pese a la alegría reinante para muchos, ha habido graves denuncias en redes sociales sobre irregularidades en la votación. Algunas personas descubrieron que las boletas no aparece inscrito el número de colegio ni el de la circunscripción, pese a estar referenciado en las mismas.
Así lo denuncia la joven defensora de Derechos Humanos y activista democrática cubana, Yanilys Sariego Acosta, quien en su Facebook escribió una publicación en donde plantea su denuncia pública y explica la metodología que se estaría utilizando para manipular el voto de los cubanos.
La activista emitió su voto en la en el colegio electoral de la Escuela Emilia Casanova, ciudad de Cárdenas, en la provincia de Matanzas. Allí se percató de la ausencia de las inscripciones correspondientes en la boleta, por lo cual quiso generar el reclamo correspondiente. “Al preguntarle a la persona del Partido Comunista que se encuentra al frente me informa que ellos le ponen al final a cada boleta esa información por lo tanto las manipulan después de los electores haber efectuado el voto” es la respuesta que recibió del funcionario y su conclusión sobre la grave irregularidad.
También, se le negó el acceso al Libro de Incidencias para expresar su reclamo, por lo que Yanilys Sariego Acosta expone en su denuncia que esta segunda irregularidad atenta contra el cumplimiento de la Ley electoral 127/19, la cual en su Artículo 68 el presidente de la Mesa del Colegio Electoral entre sus atribuciones y obligaciones debe tramitar las reclamaciones que reciba para dar cuenta a los miembros de la Mesa del Colegio Electoral para su decisión.
La activista se pregunta en la denuncia pública por qué las boletas pueden ser manipuladas después del sufragio más allá del escrutinio y por qué, si tienen referencias de Circunscripción y colegio, no especifican a cuál pertenece.
David Espinosa, creador de contenido, también hizo su aporte y reclamó que, habiéndose presentado en la escuela donde habitualmente emite su voto, no estaba en los listados, sin embargo sí su abuelo fallecido. Pese a que finalmente pudo votar, también se plegó a los reclamos.
Estas anomalías, y muchas más, en el referéndum del nuevo Código de Familias de Cuba se replican en redes sociales con, incluso, fotografías de las boletas en donde se evidencian los datos faltantes.
Otras denuncias fueron realizadas a través de Radio Martí por el activista Juan Antonio Madrazo, de la plataforma cubana de Observación de Derechos Electorales (ODE). Madrazo señaló que las autoridades impidieron, en muchos de los casos, la labor de los observadores, violando tal derecho. También, que se desarrolló un feroz proselitismo para coaccionar a la gente a votar, pero que, pese a ello, los niveles de abstención fueron altísimos.